El año que ha pasado, “de las fiestas, a las fiestas” de Pascuamayo, ha sido un año duro para el pueblo, para la cofradía y especialmente para su Junta de Gobierno. Hemos tenido que renunciar como el resto de las devotas y devotos de la Patrona, a algo tan sagrado como poder subir con libertad a visitar a la Virgen, a Nuestra Señora del Collado Coronada en su santuario de Santa María.
Como bien sabéis las iglesias quedaron clausuradas y la celebración de las Salves de los sábados y la Festividad de la Encarnación el 25 de marzo, tuvieron que hacerse a puerta cerrada, aunque a esta última a D. Sergio y a mí también nos acompañó el Mayordomo. A la Novena de la Aparición del 18 al 26 de abril, cada día estuvimos presentes el consiliario y el hermano mayor y por la mayordomía o los mayordomos o una pareja de los compadres o los comisarios.
¡Qué triste es vivir, una Santa María, silente! Sin la algarabía jovial de los mozos, las mozas y los tamborileros, sin el sonido de vuestras plegarias y rezos, sin los vivas que vuelan al viento para besar el manto de la Virgen, sin los coros que con el son de decenas de voces hermanadas cantan los kiries, la Salve o el reclamo de amor que proclama, la letra de nuestro bellísimo himno.
Mas eso ya quedó atrás. Ahora llegan las Fiestas de Pascuamayo y del mismo modo se tienen que seguir respetando las disposiciones legales vigentes a día de hoy. Por tanto, la comisión permanente y el párroco tuvimos que tomar la dura decisión de informar al ayuntamiento que quedaban suspendidos; tanto el traslado de la Virgen a Su ermita del Ejido, el próximo día 30 de mayo; como la procesión de vuelta al santuario, el día 1 de junio, Lunes de Pentecostés.
Algo, tan del ser santistebeño, como las procesiones de la Virgen no las podemos celebrar en esta ocasión.
¡Y bien que lo sentimos en el alma!
Pero lo que si vamos a celebrar, son todas las misas y actos litúrgicos, cumpliéndose siempre el aforo permitido en el santuario de Santa María y las disposiciones higiénico- sanitarias recomendadas y por su puesto lo recogido en el decreto del ayuntamiento en materia de asistencia para las vísperas del sábado, fiestas del domingo y lunes y las vísperas del lunes de Pentecostés, que determina solo la presencia de la cofradía, mayordomía y autoridades.
Nuestra tradición santistebeña es única en elmundo y este año lo será más especialmente, pues alnopoder hacerse el traslado de la Virgen del Collado Coronada, ni la procesión de subida de nuevo a Su santuario. El Cuadro de la Mayordomía que la debe acompañar en ambos casos, no saldrá del domicilio del Mayordomo, por una vez y excepcionalmente en la historia. Y por consiguiente la Toma del Cuadro se deberá de hacer de forma simbólica.
Pero la cofradía seguirá ahí y por un acuerdo de su Junta de Gobierno este año se ha decidido estar presente en todas las redes sociales posibles y así están abiertas paginas o perfiles en Facebook, YouTube, Instagram y su web. Y desde ellas se han retransmitido las misas de los sábados “Salves” y las festividades propias de la Virgen del Collado y se van a seguir retransmitiendo en directo, todas las celebraciones religiosas de Pentecostés 2020.
Nuestra Virgen del Collado Coronada, ha estado siempre con nosotros “…desde tiempo inmemorial…” como dicen nuestro antiguos estatutos del siglo XV. Ella nos ha acompañado a través de los siglos y los siglo: en las pestes, las epidemias de gripe, tifus y paludismo, en las hambrunas, en las sequías y las lluvias torrenciales, hasta cuando la langosta arrasó nuestros campos y las plagas asolaron los cultivo. Ella siempre ha estado ahí y sigue estándolo cubriéndonos con su manto.
Por eso quiero pediros, como santistebeño, como devoto y como Hermano Mayor de nuestra cofradía, que abráis vuestras casas a la Virgen del Collado Coronada. Pues seguro que en tu hogar, ya en el pueblo o donde te llevara la vida, es cierto que tienes una estampa o una foto de la Virgen del Collado Coronada. Mímala, estas fiestas, ponla en el mejor sitio de tu corazón, hazle un altar en tu casa con una flor y rézale cada día de Pentecostés… Lo que tu amor te mande.
Este año, Ella no puede bajar al sito donde se encontró, donde se unió a nuestras vidas para siempre, a Su Ejido bendito y bendecido. No podrá recorrer nuestras calles al son de la música, y los destellos de Su dulce mirada no podrán bendecir nuestras casas, ni acariciar los ojos de las devotas y devotos que a Su paso, le rezan una Salve con amor y sed de consuelo.
Pero la tendrás en tu casa. “Dueña y Señora de los corazones…” Por los siglos de los siglos.
Amén.
El Hermano Mayor: Francisco Armijo Higueras
