Muchas han sido las indulgencias que a lo largo del tiempo han concedido Papas, Cardenales y Obispos a los devotos de la Virgen del Collado. Una de las más interesantes es la del Papa Clemente XI cuyo texto hemos podido copiar gracias a la traducción que de la misma hizo el Canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Jaén, D. Juan Higueras Maldonado. Dice así:
A todos los fieles cristianos que vieren las presentes letras nuestro saludo y nuestra bendición Apostólica. Para aumentar la piedad religiosa de nuestros fieles y la salvación de sus almas, basándonos en los celestes tesoros de la Iglesia con piedad y amor, a todos los fieles cristianos de ambos sexos, verdaderamente arrepentidos, confesos y alimentados con la Sagrada Comunión, de Santa María del Collado, del lugar del Puerto, en la Diócesis de Jaén, a la cual Iglesia así como a sus capillas, altares ni en conjunto ni particularmente, a los visitantes de ésta ni a los de aquellas se encuentre concedida ninguna otra indulgencia, otorgamos misericordiosamente en el señor la remisión e indulgencia plenaria de todos sus pecados si realizasen dicha visita durante una de las siete festividades de la Bienaventurada Virgen María Inmaculada (que habrá de designar el ordinario), desde las primeras vísperas hasta la puesta del sol de dicho día, y allí elevaren sus piadosas oraciones a Dios por la paz de los Príncipes Cristianos, la extirpación de las herejías y la exaltación de nuestra Santa Madre Iglesia. Las presentes letras tendrán una validez de sólo de siete años. Queremos no obstante que queden anuladas las presentes si en otra ocasión se hubiese concedido alguna otra indulgencia perpetua o temporal aún vigente a los fieles cristianos, que en cualquier otro día del año visitaren dicha Iglesia o alguna capilla o altar en ella situado; o bien si para la impetración, presentación, admisión o publicación de las presentes se hubiese dado algo, aunque sea mínimo, espontáneamente ofrecido. Dado en roma junto a San Pedro, bajo el anillo del Pescador el día quince de Mayo del año de mil setecientos tres, tercer año de nuestro Pontificado.
Al dorso figura la Licencia del Obispo de Jaén:
Don Antonio de Brizuela y Salamanca por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, Obispo de Jaén del hábito de Alcántara y del Consejo de su Majestad. Damos licencia para que se publiquen las indulgencias concedidas por este breve, con tal que en su aplicación se observe la forma dispuesta y ordenada por el Señor Comisario General de la Cruzada. Y señalamos la festividad de la Asunción de Nuestra Señora por la autoridad que Su Santidad nos concede para que en dicha festividad desde las primeras vísperas se gocen dichas indulgencias precediendo para este efecto las diligencias que manda Su Santidad. Dada en la Villa de Santisteban del Puerto, estando en visita a veintidós de Abril del año de mil setecientos y cuatro. – Por mandato del Obispo mi Señor: Francisco Baquero y Prada.
Son otras muchas las indulgencias concedidas, pero queremos destacar aquellas que han llegado hasta nosotros a través de grabados u otros documentos.
- En 1851 el Excmo. Sr. Arzobispo de Granada y los Obispos de Jaén y Sigüenza conceden 160 días de indulgencia a quien rezare ante la Virgen del Collado una Salve o un Ave María.
- En 1873 los mismos Prelados conceden igualmente 160 días a los fieles que rezaren aquellas oraciones ante la Imagen.
- En 1855 concede 40 días de indulgencia el Obispo de Jaén al que rece una Salve.
- En una fecha que no hemos podido determinar, concede el Obispo de Córdoba 80 días al devoto que le rece una Salve.
- En el año 1932 y con motivo de la celebración del centenario de la Aparición se compuso una oración a la Virgen y el Obispo de Jaén concedió cincuenta días de indulgencia a quienes la rezaren. La oración era esta:
“Virgen Santísima del Collado, Madre y Abogada nuestra, agradecidos a los innumerables beneficios que nos habéis alcanzado siempre de Dios, y , particularmente, por haberte dignado ser nuestra Patrona, nos postramos ante tu sagrada y venerada Imagen en esta fecha conmemorativa de tu milagrosa aparición; te rogamos vuelvas a nosotros, miserables pecadores, tus ojos llenos de misericordia y bendigas a este tu pueblo y a todos tus devotos, y, seguramente, tu bendición nos traerá la gracia de Dios, con la que seremos felices en este mundo, con la paz del alma, y después eternamente bienaventurados en el Cielo. Así sea.”
Textos y fotografías de documentos extraidos del libro «Pascuamayo», escrito por D. Francisco Olivares Barragán, Cronista Oficial de la Villa de Santisteban del Puerto.